Cuento de hadas.

Nunca creí en príncipes azules.

Pero capaz inconscientemente esperaba que si existieran.

Que existieran hombres preocupados y detallistas, que están atentos a si su princesa está bien.

Debo dejar de vivir en un cuento de hadas y abrir los ojos, pero la realidad no me gusta.

La cabeza da vueltas páginas y páginas y de cuentos con finales felices. Aprendamos lo que es la vida, venganza, desamor y traición; si no tenemos las esperanzas de una vida mejor, no nos desilusionaremos y cuando algo bueno pase nos hará muy feliz porque no lo esperabamos.

Cuantas promesas se van con el tiempo,

hoy yo me ahogo en un mar de recuerdos,

yo construía un castillo de sueños

que pronto se derrumbo.